Escuchalo en No estamos formados para detectar y reconocer fácilmente el momento en que nuestra historia personal requiere mirar desde otra perspectiva, o hacer un simple giro y, mucho menos, un rotundo cambio. La transformación es la muerte de algo para renacer de otra manera y requiere de un esfuerzo evolutivo tremendo; así como el temple para soportar el desgarramiento de la pérdida, cualquiera esta sea . Estamos pendiente de lo externo como responsable de nuestras circunstancias y del cambio del “otro” hasta el día que la adversidad nos obliga a una transformación y entonces, el quiebre. Ese día cuestionamos lo que queremos. El dolor que ocasiona permanecer atados a condicionamientos, a moldes, rutinas y esquemas caducos y mirando hacia atrás nunca sale a relucir de la forma en que uno espera. Los “tempos” y “maneras” del alma son insospechables… ¿Estás preparado para abordar las pruebas del destino? Los cambios traen consigo, siempre, un período de crisis