Marianella Sambade
Un cambio, ¿seguro que lo quieres?
No
estamos formados para detectar y reconocer fácilmente el momento en que nuestra
historia personal requiere mirar desde otra perspectiva, o hacer un simple giro
y, mucho menos, un rotundo cambio. La transformación es la muerte
de algo para renacer de otra manera y requiere de un esfuerzo evolutivo tremendo; así como el temple
para soportar el desgarramiento de la pérdida, cualquiera esta sea.
Estamos
pendiente de lo externo como responsable de nuestras circunstancias y del
cambio del “otro” hasta el día que la adversidad nos obliga a una
transformación y entonces, el quiebre. Ese día cuestionamos lo que queremos. El
dolor que ocasiona permanecer atados a condicionamientos, a moldes, rutinas y
esquemas caducos y mirando hacia atrás nunca sale a relucir de la forma en que
uno espera. Los “tempos” y “maneras” del alma son insospechables…
¿Estás
preparado para abordar las pruebas del destino?
Los
cambios traen consigo, siempre, un período de crisis y pueden ser o no ser
difíciles, pueden ser tan duros como llevaderos, largos como breves y requieren
un plazo para su cumplimiento en el que se gestarán fases de transformación
determinantes para tu progreso. Si transitas estas fases desde las heridas
ocultas y desde el desconocimiento de ti mismo como ser espiritual,
pretendiendo doblegarlas a capricho obviando lo que tienen de valioso para ti
como alma, entonces lo que recibirás es desilusión seguido de una enorme
frustración y te sentirás incomprendido, perdido, y solo … ¡y es que lo estás!
U
Descubres
que tú eres el primer ausente en tu vida… descubres que en realidad vives evadiendo…
descubres que a la única cita a la que siempre faltas es a la que tienes
contigo mismo porque
te encuentras en cualquier otra parte, fungiendo ser cualquier otra cosa, en
una cotidianidad que se reduce a un cúmulo de miedos, deberes y promesas vacías
e incumplidas principalmente por ti para ti.
Estos
encuentros son los únicos verdaderamente importantes y dependen de ti: ¡cumple!
¡Regálate ese momento único contigo
mismo!
¿Cómo
quieres estar: estancado o evolucionando?
Para
comenzar la comunicación contigo mismo te sugiero llevar a cabo lo siguiente:
haz
una inhalación profunda por la nariz, retenla por 3 o 5 segundos durante los
cuales observarás y sentirás tu cuerpo,
exhalas por la boca sonoramente y con placer. Date permiso. Disfrútate.
Recuerda, sé gentil contigo mismo.
Te invito a realizar esta tarea con
espontaneidad y desapego a toda respuesta o resolución… ya habrá un momento
para eso.
Observa todas las interrogantes que
emerjan de tu corazón y que solo a ti, querido lector, ocupan.
Todo
a su tiempo y a tu ritmo…
Marianella Sambade
El Genio en la Botella
Nuestra mente subconsciente está programada desde
la infancia hasta el momento presente registrando, como en un disco duro, cada
juicio y cada acción marcándonos de manera positiva o negativa: amor u odio,
voluntad o miedo, felicidad o tristeza, placer o malestar, comprensión o
herida, construyendo tus ¨patrones de creencias¨ y a su vez, tu fundamento
esencial.
Estas experiencias, al ser producto de tu
fundamento esencial, sin tamizar, se repiten sucesivamente de manera mecánica,
desde el subconsciente… Una y otra vez, con ciertas variantes en forma y
contexto pero nutridas con la misma esencia, anclando una energía poderosísima
llamada verdad absoluta y que se graba en el supra – consciente de dos maneras:
como trauma o como aprendizaje, nutriendo y construyendo tu espíritu.
Si vivimos desde las heridas produciremos
experiencias de sufrimiento y dolor creando traumas;
si vivimos desde el entendimiento y la consciencia crearemos aprendizaje,
y con él, las transformaciones y los cambios.
Las
experiencias que se repiten a lo largo de nuestra historia personal nos
advierten que algo está pasando. Busquemos en nuestro pasado las claves para
recuperar nuestro presente.
Presta atención a alguna situación recurrente que
te produce frustración y dolor. Las heridas realmente perniciosas son aquellas
que no conocemos su existencia, aquellas que viven ocultas en nuestro
sub-consciente y que se originaron en la infancia. Resulta comprensible que no
deseemos recordar un pasado doloroso, y que no nos guste bucear en nuestro lado
oscuro, ni analizar nuestros temores y aspectos del ser negativos,
especialmente para aquellas personas que creen que es imposible lograr un
verdadero cambio. Así que, ¿Qué sentido tiene abrir viejas heridas? Lo que no
vemos es que las heridas no han dejado de sangrar porque nunca cicatrizaron,
originando un daño emocional tremendo.
Tampoco se trata de jorungar heridas. No temas:
hurgar toda la historia personal extrayendo dolor es inútil e innecesario; se
trata de encontrar desahogo y liberación. Así que, SI es necesario echar un vistazo, detectar el origen-causa-raíz de
la herida y afrontarla de una vez, con todo y para siempre. Es mucho mejor que
seguir cargando con ellas toda la vida. Es un equipaje muy pesado y costoso.
Responde honestamente:
§ ¿Quieres realmente sanar,
avanzar, lograr… o crees que con olvidar y mantener una actitud positiva es
suficiente?
§ ¿Temes que sanar y cambiar
perturbará tu vida, en vez de sentirlo como una aventura y una gran
oportunidad?
§ ¿Obtienes algún beneficio
ulterior usando tu herida?
Nadie
te va a decir que librarse de las cargas emocionales y llevar a cabo los
cambios es tarea fácil. Realmente es un esfuerzo enorme, requiere coraje,
muchísima energía y ante todo: fuerza de voluntad.
No
desfallezcas, cuando agotado, pienses que no vas a sanar. Los procesos llevan
su tiempo y es gradual.
Lo lograrás en tu Espiral del
YO.
¡Eres lo que comes!
El día puede
despuntar soleado y perfecto, y de pronto el viento comenzar a arreciar, las
escasas nubes que surcaban el cielo a cerrarse e inusitadamente, llover.
No hay un solo lugar en el mapamundi
donde dejes caer tu dedo que no esté en algún tipo de conflicto. El
mundo está atravesando por procesos de
cambios macroeconómicos impensables y el desmoronamiento de modelos
socio económico que creíamos inamovibles nos genera
inestabilidad y hace temblar nuestra identidad.
Amanecemos con la incertidumbre y el
temor de un panorama cada vez menos halagüeño creando desasosiego y
ansiedad. Esta realidad viene repercutiendo en tus expectativas de desarrollo y
crecimiento personal acompañado de la
inevitable sensación de inseguridad.
La única plataforma que nos
puede sostener es la confianza de creer que seremos capaces de sortear, con
éxito, las dificultades y obstáculos del momento. Para que esto
suceda nuestra estima debe estar intacta. Tiene que estar sustentada por
principios y valores que nos faciliten el acceso a
esa energía potencial creativa que todos albergamos.
¿En qué se diferencian las personas
que hacen que sucedan las cosas a las incapaces de lograr algo?
En el auto
conocimiento: la claridad de lo que desea que le
suceda en la vida, sus posibilidades y, ante todo, los hábitos, las
barreras, los miedos y las creencias que le impiden realizar su objetivo.
Estas personas dejan de ser simples
espectadores que contemplan lo que otros hacen a su alrededor y se transforman
en genuinos observadores y directores de su vida.
Saben en qué
son permisivos y aprenden a poner límites
saludables, valoran cada momento y su aprendizaje dispuestos
a hacer lo que haga falta para cambiar en pro al avance, están determinados a enfrentar y vencer las
dificultades. Saben bien que detrás del éxito está agazapado el fracaso.
Comprenden que “fracasar”, establecida una clara diferencia entre el
acontecimiento tal cual como es y el juicio de valor, consolida la capacidad
de superación. Con cada superación, alcanzan satisfacción, bienestar
y calidad de vida.
Así pues, continúan.
CONOCEN BIEN QUE
TODO LO QUE EN LA VIDA NOS MERECE LA PENA REQUIERE DE UN ESFUERZO.
Nada es un
sacrificio cuando se respeta y se hace lo que se ama.
Por lo tanto, querido lector,
está intrínseco el compromiso y la disciplina.
Lo que gusta, gusta
desde siempre. Desde niño. Y como niños sentimos que es divertido y lo
queremos hacer una y otra vez, sin descanso. Nada ni nadie nos aleja de la
ilusión y el deseo de estar conectados con lo que más nos gusta hacer en la vida y para lo cual, sin excepción, nacemos preparados. ¿Hay algo más que agregar?
Tal vez llegamos a
la génesis de tu búsqueda: ¿Qué amas hacer?
Cuando luchar deja
de ser una batalla que librar
hacer es vivir… el
minuto de cada momento con el alma puesto en ello.
Marianella Sambade
¡Eres lo que comes!
Qué y cómo comemos es el lenguaje principal a través del cual el alma manifiesta la realidad emocional que impera actualmente en tu vida física, ya que es el combustible gracias al cual activa su cuerpo físico, el vehículo para llevar a cabo su historia de vida.
Desde esta plataforma destacamos que aquí se encierran ¨todos¨ los desórdenes alimenticios: desde comer en exceso hasta el no comer o comer muy poco, desde ingerir alimentos impulsados por la gula hasta el rechazo y el sin sabor…. Pasando por los diferentes matices de nuestro día a día en un consumo inconsciente en donde comemos porque hay que comer sin percatarnos de que ese alimento es un reflejo inequívoco de algo más profundo e importante: TU.
¿Quién eres?
¿Qué sucede en tu vida?
¿Dónde está oculto el ¨malestar¨, tu dolor?
Una mirada compasiva y neutra hacia ¨ti mismo¨ es demandante.
Al igual que sucede con nuestro cuerpo físico antes de una intervención quirúrgica, nuestra alma ha de estar fuerte y preparada para afrontar la situación y pretender sumergirnos en una apnea profunda en nuestra historia de vida a fin de obtener respuestas que revelen energías causantes impregnadas de una verdad oculta y silenciosa que hemos de comprender y de la cual aprender para entonces sanar. Para ello necesitamos rescatar la auto estima, el ánimo de hacer y el impulso para lograr, dispuestos a ¨ver¨ de verdad y sin excusas cual es la emoción que nos duele e intoxica para transformarlo en energía creativa y de vida.
Todo proceso evolutivo, toda transformación y cambio requiere de un alto quantum de energía ya que desprendernos de lo que por tanto tiempo, quizás ¨toda ¨la vida hemos llevado a cuestas y con lo que nos hemos identificado nos exige pasar por un período crítico de mayor o menor intensidad hasta lograr la ¨sabia¨ vital necesaria para dar el gran salto.
Esto lo haremos ante todo observando nuestros hábitos, ¨todos¨ y empezamos por el hábito alimenticio.
Marianella Sambade
Jugo Cuántico de los Maestros.
Magia Líquida
A través de la consciencia, la persona
busca la verdad en sí mismo y no en el exterior; depurando el alma
de emociones tóxicas que buscaran manifestarse y adquirir una forma: la de tu
cuerpo.
El cuerpo, la mente (el alma) y el
espíritu se influyen recíprocamente. Tal y como alimentas tu mente alimentas tu
cuerpo y vibra tu espíritu.
Es trascendental rehusar y librarse
de pensamientos inútiles, los cuales bajan el nivel vibracional más que
cualquier otra cosa. Te hace más daño lo que piensas y lo que sale de tu boca,
que lo que entra; al fin y al cabo lo que consumes o dejas de consumir te
indica que está pasando. Mira detrás de cada bocado o inapetencia, ¿qué se
expresa en tu mente y cuál es la emoción? Usa el registro básico de
pensamientos/emociones indicado en Pinocho se vuelve un niño de verdad y adáptalo.
Pregúntate:
¿Quién o qué consume esto: soy yo porque lo deseo y necesito, o es la
emoción los que me impulsan a consumir en este momento?
¿Consumo impulsivamente para evadir, anestesiar o auto castigar?
¿Es posible que aquello que consideras tu felicidad es la causa de tu
miedo?
Ve. Reflexiona. Decide: ¿igualmente lo
tomo o simplemente lo dejo?
Es válido, honesto y tuyo. Estás siendo consciente y este es el primer
gran paso.
Mira tu vida: ¿mantienes todo dentro de ti, cerrado y bloqueado, sin
desahogar positivamente? ¿O más bien todo lo expulsas incoherentemente y sin
medida? ¿ Dónde quedan las palabras?
Lo uno u lo otro es fuente de acumulación energética y no deja espacio
para otra cosa porque nunca nos vaciamos congruentemente de aquello que es
fuente principal de nuestro sin vivir…
Durante la luna en fase llena, se
vino gastando energía, así que nos encontramos agotados por tanta acción, y
para lo cual tomamos el Jugo Cuántico Naranja que recomendé en el artículo
anterior: Eres lo que comes.
Ahora estamos en luna de fase menguante a nueva, tiempo perfecto para
depurar el organismo, bajar la presión y descansar, a fin de prepararse para el
nuevo comienzo.
Hoy te voy a sugerir el Jugo Cuántico
Verde de desintoxicación.
Comienzas el cuarto día antes de luna nueva haciendo una dieta líquida a
base de jugos naturales de uva, manzana, melón con pepino, papaya y ciruelas
pasas, etc, por la mañana. Vegetales y pescado, si lo deseas, al medio día y
caldo de vegetales por la tarde y noche, consumiendo abundante agua durante el
día.
Los próximos 3 días hasta la luna
nueva vas a tomar en ayunas y de un solo trago: limón, pepino, perejil, celery, manzana verde, gengibre y cristal
de sábila.
Visualiza como el líquido verde recorre tu cuerpo limpiando, barriendo y
eliminando toxinas, especialmente los enganches emocionales y las ideas
fatalistas.
Recuerda, la preocupación es
como una mecedora, nunca avanza y la mayoría de las cosas por las
que te preocupas no ocurren.
Lo valioso no es lo que ponemos por
fuera sino lo que llevamos por dentro…
Marianella Sambade
Wendy busca a Peter Pan
De niños pensábamos que bastaba con crecer y
hacernos adultos para gobernar en nuestras vidas y zafarnos del yugo de ser
mandados y tener que obedecer. Ahora que crecimos buscamos al niño para
comprender todos nuestros por qué.
De niños, eran papá y mamá quienes nos indicaban, según su juicio, lo
que sí y lo que no podíamos o debíamos hacer. Por lo general, nunca estábamos
de acuerdo. Ya adultos, por fin, hacemos nuestra vida según nuestro criterio… ¿Realmente?
¿Está nuestro comportamiento sustentado por nuestra propia concepción de las
cosas o más bien seguimos estando dirigidos por condicionamientos sin tamizar y
ante los cuales reaccionamos con silente rebeldía disfrazada de la propia
verdad?
Lo cierto es que ahora nos podemos permitir tantas cosas… Ya nada ni
nadie nos puede poner límites, solo tú eres el límite. ¿Te has fijado bien en
que aspectos de tu vida tus pensamientos son limitantes y en cuáles son muy o
extraordinariamente permisivos
Acertado o inadecuado, siempre hay ese algo gracias al cual logramos o
nunca alcanzamos.
¿Te das cuenta que ese llamado saboteador interno, muchas veces, no es
otra cosa que tu propia exacerbada permisividad que aplasta como un gigante
toda voluntad de hacer y lograr? Prueba.
Si eres capaz de mirar las consecuencias que no te son satisfactorias,
que te estancan o impiden avanzar hacia lo que verdaderamente sueñas; si eres
capaz de ver aquello que lo origina y cómo, cuándo y cuánto caes en su trampa;
si eres capaz de comprender que ya no sirve decirte que no pasó nada, que de lo
hecho ya nada puedes hacer, dejándolo pasar sin pena ni gloria porque da igual
y qué más da; si eres capaz de ser gentil pero determinante en decirle un gran
NO a esto con lo que te haces el mayor de los daños, entonces, obtendrás
información relevante y determinante para tu avance.
Cortar con esta actitud puede, en algunos casos,
ser muy sencillo y los resultados automáticos. Basta con que te “pongas un poco
de carácter “y te digas: ¡basta!
Di un gran NO para darle cabida a un enorme SI.
Despierto, atento y consciente, decidirás hacerlo diferente y las
reacciones de tus acciones irán cambiando tus hábitos y costumbres,
transformando tu historia personal en lo que tú dices que quieres, ahora sí,
según tu criterio.
Respóndete con honestidad: ¿en qué eres
permisivo?
Ha pasado el tiempo y parece que crecer ya no nos
está resultando tan divertido…
Wendy mira hacia atrás y busca a Peter Pan… Suspiros y nostalgia de tiempos
en los que nada preocupaba, cuando el mundo era una gran piñata cargada de
sorpresas, cuando descubrir era fascinante y queríamos hacer cosas a cada
instante.
Ese niño, gran gigante, genuino, que sabe todas las cosas sobre sí mismo
y desea echarse a andar por eso llamado vida.
¿Crees que te puede ayudar? Seguro que sí.
Él siempre está ahí… eres tú… sólo has crecido.
Sigue, él está agarrado de tu mano…
Marianella Sambade
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